Desde el primer día fuimos bien acogidos en
el instituto. Teníamos dudas porque no sabíamos que íbamos a hacer ni si nos
íbamos a sentir integrados, pero tanto alumnos como profesores nos recibieron
con los brazos abiertos. El idioma tampoco fue un problema y poco a poco cada
vez nos hemos ido desenvolviendo mejor en inglés, incluso aprendiendo algunas
expresiones en alemán.
Nos adaptamos
rápidamente a la dieta típica alemana.
Las prácticas consisten en dar clases con los
alumnos. Esto significa que en ocasiones aprendemos cosas nuevas, como es el
caso de las clases de electrónica o de las prácticas de taller. Por el
contrario, en clases como las de electricidad ayudamos al profesor explicando
las prácticas a los alumnos y asistiéndolos en su realización.
En las clases de
electrónica trabajamos soldando distintas placas PCB.
Para las clases en
taller el instituto nos proporciona todo el equipo necesario.
Neuburg, a pesar de ser un pueblo pequeño,
tiene de todo y no faltan las actividades que hacer los fines de semana,
habiendo casi siempre alguna feria o exposición a la que ir.
Nuestras
compañeras de clase nos llevaron a una feria gastronómica internacional.
Exposición de
coches de alta gama en la plaza del pueblo.
Por supuesto, no hemos perdido la oportunidad de visitar
algunas de las ciudades más emblemáticas de Alemania, como Munich.
Vistas de Marieplatz, en el centro de Múnich.
La verdad es que esta siendo una experiencia
única, totalmente diferente a las prácticas de empresa realizadas antes. Por
ahora todo ha ido bien y estamos deseando continuar con nuestro viaje. Tschüss.